martes, 10 de junio de 2014

Somos Reales?

Muchas cosas suceden en la vida, cosas buenas y cosas malas, cosas alegres y cosas tristes. Bueno, todas estas cosas no tendrían un verdadero sentido si no las cuestionamos y las miramos de un punto crítico, escudriñarlas hasta entender su última arista. 

El tema que me gustaría analizar es el de lo "real que son las personas" que también incluyen a las "apariencias" y cosas por el estilo. Por diversos sucesos que me han sucedido lo he pensado por semanas y creo que pude llegar a una conclusión. Pero como siempre los invito a formarse su propia opinión y reflexión. 

La realidad, algo que debería ser tan simple pero a la vez tan complejo de explicar. Sabemos que la realidad es una, pero vive en un mundo compuesto de diferentes partes, con pequeños submundos, eso nos lleva a adaptarnos a cada uno y comportarnos de forma diferente. Un claro ejemplo es el colegio, universidad, trabajo, familia, amigos. ¿Nos comportamos igual en todos ellos? ¿O tomamos el rol del estudiante, el amigo y el pariente respectivamente? También tenemos el medio de comunicación, con la nueva era de la virtualidad tenemos las redes sociales y diferentes formas de comunicarnos mediante el internet, entonces también me pregunto ¿somo nosotros en ellas? ¿podemos ser sinceros en estas? También llevándolo al punto más extremo de todo, me cuestiono ¿somos sinceros exteriormente o nunca lo somos o seremos? ¿si lo somos, con quien y por donde? Preguntas que veremos una por una. 

Primero pongámonos en el caso de los roles. Cuando nos enfrentamos a situaciones diferentes, actuamos diferentes. Un claro ejemplo es cuando debemos hablar con alguien de autoridad, adaptamos nuestra forma de expresarnos ante el o ella. Es decir, nuestra personalidad se configura ante las personas y situaciones. Es verdad, existen los casos donde nos referimos igual ante todos, lo dejo a discernimiento de cada uno. Pero recuerdo mi clase de lengua en el colegio donde nos decían "hablar bien es hablar respecto a la situación comunicativa".

Segundo me referiré al caso de las redes sociales, es estas podemos ser quienes queramos sin el impedimento de nuestro aspecto físico o psicológico, un verdadero mundo que vive en la imaginación del hombre donde somos quienes queremos ser. Pero aquí viene la primera cuestión ¿podemos encasillar a todas las personas en esto? Yo creo que no, no debemos ser tan generalizadores en esto. Es verdad, podemos ser nosotros sin este impedimento físico en lo que es relacionarse con otra persona, pero también nos permite ser totalmente nosotros psicológicamente. Pero aquí llegamos a un punto delicado, el ser sinceros depende de cada individuo, si desea serlo, lo será, sino, puede ser quien su imaginación se le antoje. Entonces podemos concluir que podemos ser tan sinceros como falsos en estos medios, todo queda a decisión de la persona. 

Esto me lleva a la última interrogante ¿somos sinceros exteriormente o nunca lo somos o seremos? Esto ya lo lleva a un punto existencialista, ya que vimos que nuestra forma de ser puede depender en que contexto estemos y también en que medio de comunicación, me lleva a concluir que como somos o aparentamos ser depende netamente de la persona a quien nos dirijamos (una autoridad, compañero, amigo, familiar, pareja, alguien en internet o en presencia física). Nosotros decidimos que tan real nos mostramos independiente del canal y situación, de lo que depende es el con quien. Somos nosotros quienes decidimos a quien le abrimos nuestro mundo y deseamos que lo conozca. 

Esta ha sido mi conclusión luego de horas y semanas de reflexión (resumida claro, no los quiero agotar con tanta palabrería) , los invito a hacerse la suya y compartirla si desean. Nosotros mismos debemos dudar de todo y formarnos nuestra propia opinión. 
Claro que todo es creado por algo y ese algo no es otra cosa que lo que llamamos "las consecuencias" o "el destino" cualesquiera que esto sean, no importa lo importante es que estamos en el camino psara transformar la realidad con nuestras acciones. 

La dualidad del universo es total, es decir que se manifiesta a todos los niveles de su propia naturaleza. Desde la luz y la sombra, la noción del bien y la noción del mal, lo infinitamente pequeño íntimamente ligado a lo infinitamente grande, el algo y la nada, la mentira y la realidad etc. En todo se manifiesta la dualidad universal. 

Primero tienes que ser real para poder mentir y la mentira genera una idea y esa idea evoluciona otros entes reales la trabajan desde diferentes puntos de vista consciente o inconscientemente y acaba por volverse realidad de ese modo mentira y realidad se procrean mutuamente. 

Pero no puedes ser primero mentira y después realidad. La mentira depende de la realidad. Es como el caos y el orden, el orden no puede existir sin el caos pero el caos si puede existir por si solo. Asi pasa justamente con la realidad y la mentira. 

La prueba más flagrante de ello está en los descubrimientos del mundo subatómico, los protones y electrones, aparecen y desaparecen del universo conocido conservando siempre sus trayectorias coherentes. 

¿A dónde van cuando desaparecen? 

Nadie lo sabe pero cuando reaparecen lo hacen siempre en un que es totalmente coherente con la trayectoria que lleva. Así se comporta la esencia de la materia de la que TÚ estás compuesto. 

Eso significa que tú eres mentira y realidad al mismo tiempo. Y eres algo y nada al mismo tiempo. 

La historia del universo es la historia de todos y cada uno de nosotros mismos. 

“Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable…” 1 Pedro 2:9-10

“Más vosotros sois:…”

Este mensaje del apóstol Pedro, es dirigido al pueblo de Dios, a los convertidos, a los que ya han visto la grandeza y divinidad del Señor Jesucristo y le han aceptado y reconocido como su Señor y Salvador. No creo equivocarme si digo que en ese grupo está incluido usted.

“…Linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios…”

Es significativa la cantidad de adjetivos con los cuales nos identifica el Apostol.
La pregunta es: ¿Somos en verdad merecedores de tan grandes elogios? Mejor dicho… ¿es que nos hacemos merecedores de esos adjetivos?

“Linaje escogido…”

El lino era una planta de cuya fibra se elaboraba una tela fina, valiosísima. De tela de lino eran elaboradas las cortinas del tabernáculo. Se usaba también para confeccionar la túnica, el turbante y el cinto de los sacerdotes. Podemos ver que el uso del lino estaba asociado a personas santas y especiales.
Lo que te dice la Biblia a través del Apostol Pedro, al decir que eres linaje escogido, es que eres especial para Dios. No eres cualquier cosa. Es posible que en algún momento solo fueras como una planta marchita y pisoteada por todos… pero El te recogió, te regó con su agua bendita, te revivió para, como con la planta de lino, hacer contigo algo muy especial y valioso para sus propósitos. Linaje escogido eres.

“Real sacerdocio…”

En el Antiguo Testamento, los sacerdotes eran designados de la tribu de Leví y tenían tres deberes esenciales: el servicio al Señor en el santuario; la enseñanza de la ley al pueblo; y consultar a Jehová por el pueblo.
Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote, con el derramamiento de su sangre en la cruz no solo libró al mundo del pecado, sino que rasgó el velo que nos permite llegar directamente al Padre. Mediante ese acto de redención, El Príncipe Hijo del Dios Rey, comenzó en la tierra un reino de reales sacerdotes, del cual tu y yo entramos a formar parte una vez que le reconocemos como Señor y Salvador. 
Jesús nos escogió para declarar la voluntad de Dios a la humanidad: “…nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre…” (Apocalipsis 1:6).
El es el Sacerdote Supremo, y nos hace sacerdotes de Su Reino para ser testimonio vivo y dar a conocer su Evangelio. Real sacerdocio eres.

“Nación Santa…”

Israel fue nación escogida por Dios para preservarse y mantenerse alejada de la contaminación del pecado y la idolatría, como ejemplo y testimonio a otras naciones de la magnificiencia y misericordia de Dios. En aquel tiempo, Jehová dijo a Abraham, llamado el Padre de la Fe, que en él “habrían de ser benditas todas la naciones de la tierra” (Gen. 18:18).
Aún cuando Israel se desvió y llegó a adorar dioses paganos, Jehová no les abandonó y cumpliría su promesa por medio de Jesús. El Padre le prometió “por herencia las naciones” (Sal. 2:8); “Todas las naciones le servirán” (Sal. 72:11). Por medio de El nos alcanzaría la salvación, dijo el profeta Isaías: “…él traerá justicia a las naciones…” (Is. 42:1); “He aquí que yo lo dí por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las naciones…” (Is. 55:4).
La Nación Santa de Dios actual es su Iglesia, con Jesús como Rey, Supremo Sacerdote y Maestro. Tu y yo somos esa Iglesia. Nación Santa eres.

“Pueblo adquirido por Dios…”

Mediante el derramamiento de la sangre de Jesús en la Cruz y por la gracia de Dios, hemos sido rescatados del pecado, justificados y convertidos en sus hijos. El sacrificio de Jesús y nuestro reconocimiento de El como Señor y Salvador de nuestras vidas es lo único que se necesita para alcanzar la vida eterna. De esa forma entramos a formar parte del Nuevo Israel, la Iglesia de Jesucristo. Si permaneces en El y con El, Pueblo adquirido por Dios eres. 
¿Con qué Propósito te adquirió?…:
El Señor, que ha sido bondadoso y que por medio de Jesús nos ha salvado, sacándonos de las tinieblas a la luz y como dice el v. 10, “que en otro tiempo no (éramos) pueblo, pero que ahora (somos) pueblo de Dios”, todo ello sin merecerlo, sino por Su misericordia, nos ha llamado principalmente para que anunciemos “Sus virtudes”.

“…Para que anunciés las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a Su luz admirable”.

Lo único que desea Dios Trino (Padre, Hijo y Espíritu Santo) es que seamos público testimonio de su misericordia, de su amor, para con nosotros. Que llevemos el mensaje de su evangelio a todo aquel que aún no ha alcanzado la salvación de su alma, para que ellos también salgan de las tinieblas y disfruten de “Su luz admirable”.
Dios ha dado una Gran Comisión a su Pueblo Escogido. 
Tú y yo, somos linaje escogido por El… Somos los reales sacerdotes de Su Nación Santa. El nos llama a levantarnos y comprometernos a proclamar Sus Virtudes. 
El se ha glorificado en nosotros… Su misericordia nos ha alcanzado, salgamos ahora a proclamar Su Palabra. Demos testimonio de la misericordia de Dios a aquellos que son arropados por el pecado y la desesperación en todas partes del mundo. 

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